🌱 Aunque no se puede hablar de bueno y malo, es claro que hay dos maneras muy distintas de entender cómo aprenden los niños y cómo se preparan para el futuro: en la educación tradicional, el foco está en el profesor: explica, transmite, evalúa. Los alumnos reciben información, memorizan contenidos y repiten procesos. Durante décadas funcionó, pero,¿responde a las necesidades del mundo actual?
En la educación activa, el foco cambia. El alumno es protagonista de su aprendizaje: investiga, experimenta, crea, pregunta, se equivoca y vuelve a intentar. El educador deja de ser un transmisor para convertirse en guía y acompañante.
👉 En lugar de priorizar la respuesta correcta, se valora la curiosidad, la colaboración y la creatividad.
👉 En lugar de memorizar datos, se aprenden habilidades para la vida. Porque enseñar no es llenar una mente, sino encender una chispa.
💬 En nuestras actividades extraescolares apostamos por esa educación activa: donde los niños aprenden haciendo, donde se sienten parte de lo que crean, y donde el aprendizaje se convierte en una experiencia que deja huella.